13
Sep

Matrimonio y padre viudo

Nuestras viviendas son la respuesta a nuestro momento vital.

Previo consentimiento de los propietarios, os presentamos un caso que nos ha llegado al estudio que muestra a la perfección que cuando nuestras vidas cambian sentimos la necesidad de modificar nuestro entorno.

En origen, se trataba de una vivienda adaptada a un hombre viudo y su hijo soltero. No se había modificado nada desde la ausencia de la esposa, 20 años atrás. La situación cambia cuando el hijo decide formar una familia y, al ser una vivienda amplia, deciden compartirla pero diferenciando bien los espacios de cada uno.

La reforma de esta vivienda ha consistido en crear tres zonas diferentes: dos zonas de descanso, cada una de ellas compuesta por dos dormitorios y un baño; y la zona común de salón y cocina, ubicadas en el centro del hogar haciendo de separación de las zonas de dormitorios.

Con esto hemos conseguido que la pareja tenga su intimidad y el padre tenga su habitación y un cuarto de estar para mantener su independencia y que en un futuro puediera servir, si lo necesitase, para albergar personal de asistencia.

Es importante conseguir armonía espacial para tener tener armonía familiar.